Titulares

Nuestra Señora de los Dolores


Sus orígenes históricos

Se ha apuntado ya muchas veces que nuestra Hermandad fue instituida en 1770 por el entonces párroco de Santa María la Blanca, don Manuel Caballero de León, no debiéndose olvidar la contribución que también prestó para con el hecho el culto presbítero local don Alonso Baquero García. Nacida bajo el título de Hacer el bien y decir misas por la conversión de los que están en Pecado Mortal bajo la protección de María Santísima de los Dolores, albergada la nuestra entre sus miembros más distinguidos a los propios componentes del clero local, adscritos  comúnmente en nuestra Archidiócesis a estas Ordenes terceras como directores de sus singulares ejercicios religiosos. Pese a su largo título, el pueblo la conoció desde sus orígenes como la del Pecado Mortal , significándose sus cofrades por rendir culto a una imagen dolorosa donada, en 1772, por una vecina acaudalada de Villafranca de las Marismas.


Donación de la Imagen
La cesión de la Virgen de los  Dolores la efectuó doña Catalina Bueno Sotelo por vía testamentaria, el 17 de junio de 1772. La bienhechora era hija de don Juan Bueno Gavira y Ana Sotelo, y esposa de Alonso Mateo García con el que vivió en una grandísima casa, con bodega, sita en las confluencias de las calles Nueva y Abajo, frente a la actual Tertulia Cofrade "El último varal".
Su esposo era tío paterno del presbítero Alonso Baquero, justificándose así la estrecha relación del eclesiástico con nuestra Hermandad de la que luego sería Hermano Mayor. Doña catalina, incluyó en su testamento una cláusula  signada en decimonoveno lugar, al tenor siguiente: "Declaro tengo en las dichas casas de mi morada dos Santas Imágenes de escultura de mi especial devoción, la una con el título de María Santísima de los Dolores, y la otra con el del Príncipe de la Paz (Niño Jesús) colocadas la dicha Señora de los Dolores en su tabernáculo y la otra en sus andas doradas y ambas con sus correspondientes vestidos (.../...) las cuales dichas Santas Imágenes es mi deseo e intención el que se conserven perpetuamente con aquel culto y aseo que se debe por la suma devoción que siempre les he tributado por los beneficios que por su mediación he recibido del Todopoderoso y a este propósito encargo a mis albaceas que a costa de mi caudal soliciten después de mi muerte el que se coloquen dichas Santas Imágenes en la Iglesia Parroquial de esta villa para que en una y otra parte se les de el culto y reverencia debida, por la devoción común de los fieles, propagándola con su fervor, para que siempre permanezcan dichas santas imágenes que es mi principal atención".


La disposición testamentaria se llevó finalmente a efecto, según hemos podido constatar documentalmente gracias a una anotación de un libro de fábrica del archivo parroquial de Santa María la Blanca, pudiéndose certificar al pie de la santa visita pastoral de aquel mismo año, en los siguientes términos, la institución de una memoria de misas "cantadas perpetuamente en cada un año. La una en el Altar en que se coloque la Santa Imagen del Príncipe de la Paz, el día del Dulce Nombre de Jesús, y la otra en el Altar en donde coloque la Santa Imagen de Nuestra Señora de los Dolores que es en el tiempo de la cuaresma cuya memoria situó e  impuso sobre dos aranzadas y media de estacada y olivar que está en el término de Villafranca de la Marisma, al pago y sitio de la Dehesa de la Encalada, lindando con viñas de donde Benito Noguera; Y unas casas principales en las que se incluyen una bodega de hacer vino con su lagar, viga y descanso y otros pertrechos de madera, vasijas de barro y caldera para cocer arrope, en la calle Nueva de esta dicha villa, lindando por una parte con  casas de José Sánchez y por la otra hace esquina a la  calle Abajo.

La imagen, acabó siendo acomodada finalmente en la capilla que a sus expensas construyó nuestra Hermandad en la Parroquia de Santa María la Blanca, en la nave del evangelio junto a la del Sagrario, donde recibió culto hasta que en 1974 fuese trasladada a la antigua del Bautismo, para volverlo a hacer en el de 1994 ya definitivamente a esta nueva que nos acoge. Desde entonces, y de manera ininterrumpida, la sagrada imagen que legara doña Catalina Bueno ha recibido cumplida veneración, distinguiéndose por gozar en el pueblo de una exagerada y aferrada devoción. Así al menos la profesaron nuestros mayores.


Julio Mayo Rodríguez
Investigador de temas históricos locales y cofrade




Santa Ángela de la Cruz

En el año 2.007, coincidiendo con el 25 aniversario de su beatificación, José María Leal Bernáldez representará acertadamente la imagen a tamaño natural de María de los Ángeles Martina de la Santísima Trinidad Guerrero González (1.846-1.932), más tarde conocida como “Santa Ángela de la Cruz”, la fundadora del Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, llamada por el pueblo popularmente “la madre de los pobres”.

Recibe este encargo por parte de unos hermanos de la Hermandad Servita de Los Palacios y Villafranca (Sevilla) para su donación a la misma. Obra realizada para atender a los devotos de la “Madre Angelita”.

Sor Ángela, la monja sevillana que fue beatificada por su Santidad Juan Pablo II en Sevilla el 5 de noviembre de 1982, y, canonizada el 4 de mayo de 2003, de nuevo por el mismo Papa en Madrid, pasando desde ese momento a ser llamada Santa Ángela de la Cruz.

Esta santa contemporánea, ejemplo de generosidad hacia el prójimo, aparece representada por el escultor como una mujer de edad ya avanzada, siguiendo los cánones iconográficos fijados a lo largo del siglo pasado por la mayoría de los artistas.

El escultor José María Leal plasma una imagen de un metro sesenta de altura para vestirla. En ella sólo talla el rostro y las manos en tablón de cedro real. Como vestimenta talar eclesiástica le colocará el sencillo hábito de bayeta parda y el escapulario de estameña marrón, con toca blanca que le cae sobre los hombros y velo negro a manera de mantolín que cubre su cabeza, descendiendo hasta la cintura. Completan esta indumentaria un cíngulo de grueso cordón franciscano con cinco nudos ceñido en la cintura y unas simples alpargatas o zapatillas de esparto negro en los pies como sencillo calzado.


De su pecho cuelga el atributo de la cruz catequética y en su mano derecha porta como accesorio un crucifijo.


La santa refleja en su rostro, de composición frontal algo inclinada, una serie de rasgos físicos definitorios como son: Las arrugas propias de la edad y el paso del tiempo, los ojos rehundidos y sombreados, ó el detalle peculiar e inconfundible de la marca de la verruga cutánea sobreelevada y solitaria sobre la línea inferior de la nariz, que componen la acusada personalidad de su cara, y, algunos otros rasgos de carácter, ya psicológicos, que conforman su temperamento, como serán el reflejo de una mirada bondadosa que nos sugiere un abnegado espíritu de sacrificio, ejemplo de vida apostólica y caridad cristiana, o, el lenguaje de unas manos muy expresivas que agarran con firmeza la cruz de Cristo.


Desde hace unos años atrás en la capilla Servita, cada 5 de noviembre, festividad de Santa Ángela de la Cruz, la hermandad palaciega conmemora dicho día celebrando una eucaristía en honor a las Hermanas de la Cruz.

También forma parte del cortejo en la procesión del Corpus Christi de la localidad.




Nuestro Padre Jesús Resucitado

Nuestro Padre Jesús Resucitado es obra del imaginero local Juan Manuel García Martín.


Fue donado por Antonio Pérez Casero en 2001. Su donación se vio retrasada debido al incendio que se produjo en nuestra Capilla Servita y que causó daños a nuestro titular cristífero, el Santísimo Cristo de la Misericordia en el Santo Sepulcro.
Bendición de la imagen
Ntro Padre Jesús Resucitado está tallado en madera de cedro y policromado al óleo. Tiene una estatura de 180 cm.








No hay comentarios:

Publicar un comentario